jueves, 6 de mayo de 2010

Fragmento de La pantalla fantasmática (Bazin y los animales) de Serge Daney

Punto de llegada

"Mostrar, en primer plano, a un salvaje cortador de cabezas vigilando la llegada de los blancos implica necesariamente que el individuo no es una salvaje, ya que no ha degollado al operador". Con esta boutade, Bazin designa el punto donde el cine que no se atreve a pensar se realiza y es abolido, se vuelve lo imposible mismo. Límite que no está muy lejos, cuya simple posibilidad valoriza la imagen más banal: riesgo de muerte para el operador, de imposibilidad del film. "Los riesgos del oficio".

Porque el cineasta no está, en este punto, por encima de los demás como para no arriesgar, exponiéndose demasiado, a ser llevado por la violencia real de lo que filma: "El camaraman corre tantos peligros como los soldados cuya muerte está encargado de fotografiar, aunque arriesge su vida (pero ¡ qué importa si la película se salva!)". Más adelante el primer film de exploración polar es tanto más bello cuanto su operador H.C. Ponting "tuvo, además, las manos congeladas, al recargar su aparato con 30º bajo cero y sin guantes".

El punto de llegada es, pues, la muerte del cineasta. Bajo formas más anodinas, también es el rodaje -como-momento-decisivo, del rodaje como riesgo como aquello que justifica la empresa del film, que le confiere una cierta plusvalía. Es necesario merecer, hasta morir por ellas, las imagénes. Allí reside el erotismo de Bazin. "No basta ya con cazar al león si no devora a los que lo llevan


Serge Daney, La pantalla fantasmática (Bazin y los aniamales) en La rampa (1970-1982), Cine arte del presente antologia al cuidado de Emilio Bernini y Domin Choi , ed. Santiago de Arcos , año 2004

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